La felicidad puede venir con cadena y en bandolera

La felicidad puede venir con cadena y en bandolera

“La compra de bolsos produce un efecto de felicidad en las mujeres y hace que se elimine su ansiedad”.

Y no lo decimos nosotras en plan muy fans del tema, ni es una leyenda urbana. Está científicamente demostrado. ¿Y quién se ha tomado el trabajo de llegar científicamente a esta conclusión? Todo empieza con la Asociación de Psicología Americana. En 1998, les llamó la atención un claro sesgo en su disciplina: entre 1980 y 1985 la literatura científica incluía 2.125 trabajos sobre felicidad, comparados con 10.553 sobre la depresión.

Martín Seligman, un profesor de la Universidad de Pensilvania al que seguiríamos si tuviera Instagram, reivindicó la importancia de estudiar no sólo lo que entristece a la gente, sino lo que la hace feliz. Y a partir de mentes preclaras como la suya se dio la vuelta a la tortilla.

La prestigiosa Universidad de Harvard que seguro que tiene Instagram, pero a la que no seguimos porque nos da un poco de pereza, ha hecho de la búsqueda de la felicidad, ese concepto abstracto, subjetivo y difícil de definir, pero que está en boca de todos, una de sus materias de estudio: la ciencia de la felicidad. O lo que también se conoce como Psicología Positiva. Se trata de una de las corrientes más extendidas y aceptadas en todo el mundo. Ya vamos llegando al tema de los bolsos. De hecho, sostiene que la alegría se puede aprender, del mismo modo que uno se instruye para esquiar o jugar a la pocha: con técnica y práctica.

Y ya que nos los hemos currado y hemos llegado hasta aquí, os diremos las claves para este aprendizaje según la Psicología Positiva. Allá va:

“Más amigos y mayor soporte social; más creatividad y productividad en un trabajo de más calidad y bien pagado; más actividades que causen alegría y energía vital; mejor salud mental y física; capacidad de autocontrol; e incluso más longevidad”.

Y diréis ¿dónde están los bolsos? Pues en un ranking junto a los zapatos. Ya llegamos.

Una de esas actividades que produce alegría y un efecto antidepresivo en las mujeres y hace que eliminen su ansiedad es ¡comprar un bolso o unos zapatos! Es una experiencia más feliz y gratificante que la compra de cualquier otro complemento, porque si adelgazas o subes de peso da igual. Siempre te va a quedar estupendo. Se trata de una compra relajada y sin presión. Al sentirla como una experiencia agradable, nuestro cerebro libera serotonina, un neurotransmisor asociado al bienestar y la felicidad; y nada mejor para despejar la mente y anular la depresión que escoger algo que te queda bien y ¡comprarlo!

Según la Psicología Positiva, la felicidad que los individuos declaran sentir cuando se les pregunta por su estado vital es muy influenciable por factores intrascendentes. Traducido, es eso que se repite como un mantra sobre que la felicidad está en las pequeñas cosas. Pues ya sabéis, la felicidad puede venir con forma de shopper, de clutch o en bandolera.

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